Cada año, en todo el país, egresan y se titulan alrededor de 170 mil profesionales pero sólo el 53% de éstos logra conseguir un empleo, mientras que el restante 47% se encuentra desempleado. Un 25%, de los que adquirieron un trabajo no ejercen la carrera en la que fueron formados, según datos de la Fundación para la Producción (Funda Pró), citados por el investigador, Bruno Rojas.

“Estas cifras corroboran que el mercado laboral no ofrece empleos a los profesionales a la altura educativa en la que se encuentran ellos. A esto se suma que uno de los requisitos para conseguir empleo es el de la experiencia, pero cómo va a ser posible si el profesional realiza otras actividades diferente a su Carrera”, indica Rojas del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA).

Asimismo, señala que cada año la población joven adquiere un mayor nivel educativo con mayor grado de formación, pero el mercado de trabajo lo que ofrece son empleos no calificados o en el sector informal, donde ser profesional no es un requisito.

“Hay una ruptura importante entre el nivel de formación educativa de la población, el mercado de trabajo, que se ha quedado retrasado en términos de atender y utilizar de manera adecuada esa cantidad de profesionales y técnicos”, expresa.

Respecto a la formación de técnicos en el país, cuestiona al sistema Universitario fiscal y privado que manejan el discurso de formar más gente en esta área, debido al exceso de profesionales en áreas como el Derecho, Medicina, Trabajadores sociales, entre otros.

“Ese discurso no es suficiente para entender lo que está pasando en los mercados de trabajo que estamos viendo que necesita más operarios, ayudantes, obreros manuales, recepcionistas, secretarias, trabajadores con baja educación. Este es otro divorcio entre el mercado de trabajo, la economía boliviana y las Universidades”.

Según Rojas, estas carreras no están garantizando un futuro para el técnico porque el grado de industrialización en el país aún es bajo. El “92% de establecimientos económicos en el área industrial son pequeñas y medianas empresas (Pymes)”, por lo que existe un bajo nivel de desarrollo tecnológico que es una precario y con una producción de baja escala.

Además, enfatiza que el sistema universitario continúa formando profesionales en áreas sociales y de humanidades que el mercado de trabajo en Bolivia ya no requiere.

También indica que otra ruptura para la poca generación de empleos es el tipo de economía que tiene el país. “Los diferentes gobiernos han ido fortaleciendo un modelo patrón primario exportador que permite ver que la economía boliviana ha ido creciendo particularmente en aquellos sectores que no generan muchas fuentes de trabajo. Esto ha hecho que hidrocarburos y minería concentre el 80% de la dinámica económica de Bolivia, en desmedro de otros rubros, como la manufacturera y agroindustria que son los que más generan empleos”.

Asimismo, el estudio del CEDLA en La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y El Alto, señala que el 15.5% (60.717 personas) de la población juvenil se encuentra desocupada, cifra que supera la tasa de desempleo en el país que es de 8.8. Los paceños tienen la mayor parte con un 20 por ciento de desempleados.